viernes, 21 de noviembre de 2008

El ensayo del buen rollo


Sé que llego con dos días de retraso y lo siento... pero aquí está el resumen del ensayo del miércoles...

El miércoles pasado no comenzó como un miércoles cualquiera... había algo diferente en el ambiente... era como una especia de felicidad, alegría, optimismo... como buen rollo.

Es muy posible que las culpables fueran unas narices verdes de plástico que comenzaron a florecer como hongos después de una tormenta por toda la Universidad. Allá por donde fueras, podías encontrarte a gente luciendo su flamante nariz verde. Y lo cierto es que esa escena inevitablemente se arrancaba una sonrisa. No sé si las narices serían verdes por alguna razón en especial, el caso... es que a todo el mundo le hacían reír.

Así que yo no fui menos. Me enfundé mi nariz verde nada más conseguir una y no me la quité en todo el día y mucho menos en el ensayo. Tal vez por eso los actores me perdieron el respeto más que de costumbre. Cris estuvo mofándose de mí durante la hora y media que estuvimos en el teatro. Ana no podría concentrarse para leer sus líneas. Miguelillo se tapaba continuamente la cara para evitar mirarme. Jorge se despistaba cada vez que miraba mi nariz verde. Y Pedro miraba al cielo, implorante, pensando que qué demonios le había hecho meterse en esta pandilla de locos llamada In-Genious...

Pero el ensayo salió a pedir de boca. Ensayamos todas las escenas en las que sale Jorge, porque desgraciadamente había estado de baja durante dos ensayos (y juro que no tuve nada que ver, quien diga lo contrario es un cerdo mentiroso).

Y lo mejor, sin duda, fue la escena del tango. Miguelillo es el encargado de coreografiar la escena, mientras que yo me encargo de dirigir a los actores en los diálogos. Es una tarea muy ardua, ya que ni Pedro ni Ana han bailado un tango en su vida. Todavía no tenemos muy claro qué canción escoger, pero muy posiblemente cojamos el Tango de Roxanne (petición expresa de Ana bajo amenaza de muerte) sin letra, aunque bajo mi punto de vista es demasiado complejo de coreografiar.

Si Ana se hace un nudo en las piernas tratando de hacer el ocho...

Miguelillo les ha dejado muy claro que es el chico el que dirige a la chica pero, ¿qué pasa si el chico no tiene ni idea de cómo se baila un tango? Veremos a ver qué hacemos; de momento, vuelco todas mis esperanzas en Miguel, que tuvo que repetir cientos de veces la famosa frase "cierre de tango". Y es que Ana no cerraba, golpeaba sus tobillos de manera violenta el uno contra el otro. Se va a dejar un hueso, a este paso.

Y todo el mundo echando la culpa del desconcierto a mi nariz verde del buen rollo.

El caso es que, después de bastante esfuerzo, Ana consiguió hacer el ocho con cierta fluidez sin perder un miembro en el intento y sin pisar a Miguelillo, que debería haberse puesto botas de buzo para enseñarla a bailar.

Y ahora tocaba deslizar la pierna de manera sensual por el muslo de Miguelillo... y, según Ana, ella es menos sensual que una octogenaria con tutú rosa.

Y, a todo esto, Pedro seguía clamando al cielo en silencio, mientras pensaba en el número de teléfono de un buen psicólogo...

Pero yo era feliz con mi nariz verde...

4 comentarios:

Miguel Ángel Bollo Padrón dijo...

Fran no te preocupes que el tango saldrá bien, te apuesto lo que quieras a que cuando salgan a escena a bailar el tango, la gente aplaudirá cuando se termine este.
ya me baje las dos canciones y yo tb voto por el de roxenne lo unico que es un poco rapido pero veremos que podemos hacer

Franxis dijo...

De lujo, tío. Yo me fío de tu buen criterio :).

Ana Serrano dijo...

¿Ves Fran? No es tan difícil hacerme reir... :)

Franxis dijo...

Jaja, no te creas que es tan sencillo. Aunque yo siempre me esfuerzo por conseguirlo. Depende de cómo tenga el día, porque hay veces (como hoy) que estoy al borde del fallecimiento... jaja. A ver si con el próximo también te ríes :P. ¡¡Y cuelga tú uno!!