Es decir, no apto para todos los públicos... para mayores de dieciocho años... porno... XXXAsí ha sido el ensayo de hoy... lleno de sensualidad, erotismo... El personaje de Luis, sentado en una silla, expectante, observaba cómo Laura se paseaba y contoneaba sus sinuosas curvas a su alrededor, mientras le miraba con cierta lascivia y se humedecía los labios con lujuria. Cuando Laura le posó una de sus manos en el hombro de Luis, éste comenzó a respirar más fuerte, nervioso pero implorando en su fuero interno que aquellas manos celestiales le acariciaran. En el momento en el que Laura se sentó sobre las rodillas de Luis, mirándole directamente a los ojos, se podía notar el calor que despedían sus cuerpos deseosos de un mayor acercamiento, más íntimo... más salvaje... 
Venga, las manitas donde yo las vea...
Venga, las manitas donde yo las vea...
Lamento deciros que todo esto ha sido fantaseado por mi mente calenturienta. Ni ha habido erotismo, ni sensualidad ni nada de nada... cuando Ana ha ido a sentarse encima de Pedro parecía que iba a cabalgar a un potro (que nadie piense mal, que os conozco). Pedro miraba a Ana como un corderillo degollado, como si Ana fuera a arrancarle la cabeza de un mordisco en cualquier momento. Y claro, las risas de Cristina de fondo, cambiándose de sitio continuamente para ver mejor, no ayudaban a que se crease ambiente. 
Pero la verdad es que ha sido un ensayo muy divertido. Mi vena de torturador ha fomentado que haya hecho repetir la escena a Ana y a Pedro muchas, muchas veces... a pesar de que ha salido aceptablemente bien, necesitaba más pasíón. Está bien, seré sincero... les he hecho repetir tantas veces porque Cris y yo nos moríamos de la risa cada vez Ana se montaba encima de Pedro y comenzaba a soltar risitas nerviosas hasta que explotaba en una sonora carcajada... ha sido muy divertido... para todos, lo juro.
Aunque más divertido ha sido escuchar a Ana repetir la palabra "brazo" varios ciento de veces. Y esto sí que no ha sido una tortura arbitraria, es que cada vez que iba a decir brazo, decía "brasso"... no sé, sonaba raro. Pero ha logrado corregirlo. (Seguramente después de leer esto me corte las manos para evitar que pueda escribir más... pero ella sabe que la quiero).
Cuento todo esto por no hablar de los gritos de Pedro que, con total sinceridad, nos ha ofrecido uno de los ensayos más brillates en las escenas dramáticas. Absolutamente genial, de verdad...
Pero esa es otra historia...

3 comentarios:
"Trankilos, en esta obra no va a haber nada erótico, ni sikiera un simple beso"
Claro, cuando el director de la obra te dice esto, te trankilizas y piensas, fuera situaciones comprometidas. Pero eso si no tienes en cuenta que el director de la obra es un maníaco de las perversiones sexuales, y que buscará algun modo de introducir escenas eróticas que no sigan con los tópicos de los besos, las caricias...Una forma moderna de mandar mensajes eróticos subliminales...(Fran te he calado)
Con lo bien que se le da a Laura lo de matar, ¿porqué sólo fotografiarla en una de las pocas escenas comprometidas de la obra?Cuando se entere de que la habéis pillado infraganti...se va a cabrear...y mucho...jajaja!
Ana... voy a matarte... lo juro... ya te daré yo perversiones sexuales, picarona descarada...
No sabía que hacías teatro... ¡gran afición!
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