martes, 25 de noviembre de 2008

Al borde de la muerte.


Hoy, 24 de noviembre de 2008, varios de los actores de la compañía In-Genious hemos estado al borde de sufrir lesiones físicas irreversibles e incluso la muerte, que es más irreversible todavía. Todo ha comenzado con un foco...

Necesitábamos un foco de cañón para ensayar los monólogos de Ana con la iluminación adecuada. Como no tenemos focos de cañón en nuestro humilde teatro, hemos decidido coger un foco normal y cerrar el diafragma al máximo. El problema era que el foco estaba colgado a unos dos metros y medio del suelo... y no tenemos escaleras.

El primer paso era descolgarlo. Ana se ha subido a una de las butacas que, creedme, tienen una estabilidad precaria. Ha desenchufado el foco, pero no llegaba al gancho que lo sujetaba a la línea de luces (una barra de hierro anclada al techo). Así que hemos requerido de alguien de una estatura superior... y, desgraciadamente para él, Jorge es el más alto de toda la compañía. Se ha subido a la butaca, apoyándose en Ana y en mí y ha logrado desengachar el foco ante la atenta mirada de Carmen, que estaba a punto de sufrir un infarto por lo arriesgado de la operación. Por suerte, Ana y Jorge han acabado bien... pero la historia no acaba aquí.

He mandado a Carmen que se encerrase en la cabina de dirección del teatro para buscar un foco que funcionase a parte del que habíamos descolgado. Cada foco pesa, sin exagerar, unos seis kilos los más pequeños y unos diez o doce los más grandes. Bueno, no son medidas exactas, pero pesan...

El caso es que mientras ensayábamos, hemos escuchado varios gritos, quejidos, lamentos y maldiciones varias de Carmen, que se ha pillado los dedos con una bisagra del eje de dirección del foco, ha sufrido el peso desmesurado de las luces y, al final, ha sufrido la resignación de que todo su esfuerzo ha sido en vano... porque no funcionaba ningún foco.

Pero el ensayo continuaba. Ana ha comenzado a recitar sus tres primeros monólogos, iluminada con el foco recién descolgado a modo de improvisado cañón. Yo decidí irme a la parte de atrás del teatro, donde estaba un solitario Pablo contemplando la escena. Aproveché para darle algunas directrices en cuestiones musicales. En ese momento, Carmen solicitó ayuda de Natassha, porque le resultaba imposible apagar todos los focos y encender el cañón todo a la vez sin sufrir ningún tropiezo. El caso es que la llegada de Natassha ha provocado más maldiciones, más golpes y más gritos de índole semi orgásmica, aunque después hemos deducido que eran de dolor. Y es que la cabina de dirección es diminuta...

Pero Ana, seguía a lo suyo. Recitando sus líneas con eficacia, pero quejándose de la fuerte luz del foco. El cuarto monólogo lo hace en compañía de Rubén, de Cris y mía, pero Cris se marchó antes, así que sólo Rubén y yo salimos a escena. En menos de dos minutos temíamos que nuestras retinas comenzasen a arder por la potente luz del foco. Ana ha empezado a ver machas de colores en vez de letras sobre el libreto. Rubén tardó varios segundos en recuperar la vista y yo aún bizqueo con el ojo derecho. Pero estamos vivos.

Y, a todo esto, Max haciendo fotos de todo el despropósito...

Y Rubén a punto de prender fuego al recinto por apagar un cigarro con un paquete de tabaco vacío dentro de una copa... como humeaba...

Y, Pedro, llegando tarde por culpa de una manicura con Rupert o algo así... como castigo, Ana casi le arranca la cabeza al tener que quitarle una chaqueta que le cubría en una escena... pero no ha pasado nada, sólo necesita llevar collarín durante los próximos tres meses...

Miguel es el único que no ha sufrido ningún tipo de daño...

Todo esto sin contar las múltiples amenazas que he profesado contra todos los miembros de producción y el reparto, que estaban especialmente revolucionados por sabe Dios qué causa... todo el mundo hablando, comentando, cuchicheando... y yo con fiebre. Y gritando, saltando, actuando y apasionándome con cada escena.

Quizás por eso la visita de Waz ha durado a penas unos minutos, ha debido asustarle semejante jaula de grillos.

Vamos, que el ensayo de hoy ha sido muy completito...

(En la imagen, el foco de la discordia...)

viernes, 21 de noviembre de 2008

El ensayo del buen rollo


Sé que llego con dos días de retraso y lo siento... pero aquí está el resumen del ensayo del miércoles...

El miércoles pasado no comenzó como un miércoles cualquiera... había algo diferente en el ambiente... era como una especia de felicidad, alegría, optimismo... como buen rollo.

Es muy posible que las culpables fueran unas narices verdes de plástico que comenzaron a florecer como hongos después de una tormenta por toda la Universidad. Allá por donde fueras, podías encontrarte a gente luciendo su flamante nariz verde. Y lo cierto es que esa escena inevitablemente se arrancaba una sonrisa. No sé si las narices serían verdes por alguna razón en especial, el caso... es que a todo el mundo le hacían reír.

Así que yo no fui menos. Me enfundé mi nariz verde nada más conseguir una y no me la quité en todo el día y mucho menos en el ensayo. Tal vez por eso los actores me perdieron el respeto más que de costumbre. Cris estuvo mofándose de mí durante la hora y media que estuvimos en el teatro. Ana no podría concentrarse para leer sus líneas. Miguelillo se tapaba continuamente la cara para evitar mirarme. Jorge se despistaba cada vez que miraba mi nariz verde. Y Pedro miraba al cielo, implorante, pensando que qué demonios le había hecho meterse en esta pandilla de locos llamada In-Genious...

Pero el ensayo salió a pedir de boca. Ensayamos todas las escenas en las que sale Jorge, porque desgraciadamente había estado de baja durante dos ensayos (y juro que no tuve nada que ver, quien diga lo contrario es un cerdo mentiroso).

Y lo mejor, sin duda, fue la escena del tango. Miguelillo es el encargado de coreografiar la escena, mientras que yo me encargo de dirigir a los actores en los diálogos. Es una tarea muy ardua, ya que ni Pedro ni Ana han bailado un tango en su vida. Todavía no tenemos muy claro qué canción escoger, pero muy posiblemente cojamos el Tango de Roxanne (petición expresa de Ana bajo amenaza de muerte) sin letra, aunque bajo mi punto de vista es demasiado complejo de coreografiar.

Si Ana se hace un nudo en las piernas tratando de hacer el ocho...

Miguelillo les ha dejado muy claro que es el chico el que dirige a la chica pero, ¿qué pasa si el chico no tiene ni idea de cómo se baila un tango? Veremos a ver qué hacemos; de momento, vuelco todas mis esperanzas en Miguel, que tuvo que repetir cientos de veces la famosa frase "cierre de tango". Y es que Ana no cerraba, golpeaba sus tobillos de manera violenta el uno contra el otro. Se va a dejar un hueso, a este paso.

Y todo el mundo echando la culpa del desconcierto a mi nariz verde del buen rollo.

El caso es que, después de bastante esfuerzo, Ana consiguió hacer el ocho con cierta fluidez sin perder un miembro en el intento y sin pisar a Miguelillo, que debería haberse puesto botas de buzo para enseñarla a bailar.

Y ahora tocaba deslizar la pierna de manera sensual por el muslo de Miguelillo... y, según Ana, ella es menos sensual que una octogenaria con tutú rosa.

Y, a todo esto, Pedro seguía clamando al cielo en silencio, mientras pensaba en el número de teléfono de un buen psicólogo...

Pero yo era feliz con mi nariz verde...

martes, 18 de noviembre de 2008

El ensayo de los gritos y los golpes


Comencemos por los gritos:

Hoy todo el mundo se ha desfogado. Todos los que hemos salido a escena nos hemos quedado a gusto poniendo el grito en el cielo, de manera totalmente literal, berreando como descosidos en medio del teatro. Hemos clamado al cielo clemencia, hemos gritado de locura, odio, desesperación, de puro pavor. No es que hayamos enloquecido, es que las escenas lo requerían.

Desde luego, hoy Ana se habrá quedado a gusto, porque ha estado ensayando durante hora y media todas las escenas que le gustan (cuyo contenido no desvelaremos por aquello de mantener el secretismo del argumento).

Y media compañía con problemas de garganta. Desgañitados. Afónicos. Inservibles.

Y sigamos con los golpes:

Rubén ha sufrido serios daños físicos (y tal vez psicológicos) durante el ensayo de hoy. Los enumeraré:

1-Le han golpeado violentamente con un tubo de cartón.
2-Ese mismo tubo ha estado a punto de dejar a los padres de Rubén sin posibilidad de tener nietos (lo que se dice una castración radical).
3-Ha estado a punto de abrirse la cabeza contra la esquina de una mesa.
4-Casi se corta media mano con un trozo de metal de las ruedas de una estantería.
5-Le han dado un rodillazo en la nariz.
6-Un codazo en el estómago.
7-Más golpes con el tubo.
8-Se ha arrastrado por el suelo (que no es muy higiénico, la verdad sea dicha).
9-Se ha caído de una silla.
10-El tubo de cartón ha acabado doblado por la mitad, así que...
11-Han escupido sobre su cadáver...

Vale, sí, lo reconozco, lo undécimo me lo he inventado. En realidad, me siento un poco culpable como director por haberle hecho sufrir tanto durante en ensayo de hoy... o no... (Rubén, sabes que te aprecio muchísimo, no la tomes conmigo cuando leas esto).

De todos modos, Rubén no ha sido el único lesionado de hoy. Cris también se ha llevado su buena ración de mamporros:

1-Le han estampado la cara contra una mesa.
2-Otra vez...
3-Otra vez...
4-Otra vez...
5-Otra vez...
6-Para evitar que se hiciera daño, hemos colocado un trozo de tela negra y apolillada bajo su cara, por lo que se ha confiado y al golpearse casi se aplasta la nariz contra la mesa.
7-Y otro mamporro más... eso por no hablar de la cantidad de pelusa negra que ha tenido que tragar. Mañana estará como los gatos, enganchada con las uñas a una moqueta tratando de expulsar una bola de pelo.

Servidor también se ha llevado una buena costalada. Sencillamente diré que me he dejado caer contra el suelo desde una altura de un metro ochenta y seis (lo que vengo a medir yo, vamos) sin poner ningún tipo de amortiguador que frenada mi caída. He caído boca abajo, para más señas. Aún me duele la frente. ¿O eso es de los cuatro botellazos indiscriminados que me ha soltado Ana? Ahora empiezo a dudar, la verdad...

Miguel no ha recibido ningún golpe... pero ha tenido que correr un rato rodeando a Ana por el escenario. Pensándolo bien, eso no es tan sacrificado como un buen batacazo bien coreografiado.

Y hoy Pedro ha estado sentado pacientemente durante todo el ensayo. Culpa mía.

Los que se van a llevar una buena somanta de palos son los de producción, como no acaben pronto los diseños de las camisetas. Es broma, ya me conocéis. Gracias por todo chicos. ¡¡Pero quiero esos diseños para ayer!!

Oh, Dios... (Abismo o Nada, según la persona)... creo que se me ha caído el cerebro de uno de los botellazos...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Dos rombos

Es decir, no apto para todos los públicos... para mayores de dieciocho años... porno... XXX

Así ha sido el ensayo de hoy... lleno de sensualidad, erotismo... El personaje de Luis, sentado en una silla, expectante, observaba cómo Laura se paseaba y contoneaba sus sinuosas curvas a su alrededor, mientras le miraba con cierta lascivia y se humedecía los labios con lujuria. Cuando Laura le posó una de sus manos en el hombro de Luis, éste comenzó a respirar más fuerte, nervioso pero implorando en su fuero interno que aquellas manos celestiales le acariciaran. En el momento en el que Laura se sentó sobre las rodillas de Luis, mirándole directamente a los ojos, se podía notar el calor que despedían sus cuerpos deseosos de un mayor acercamiento, más íntimo... más salvaje...

Venga, las manitas donde yo las vea...

Lamento deciros que todo esto ha sido fantaseado por mi mente calenturienta. Ni ha habido erotismo, ni sensualidad ni nada de nada... cuando Ana ha ido a sentarse encima de Pedro parecía que iba a cabalgar a un potro (que nadie piense mal, que os conozco). Pedro miraba a Ana como un corderillo degollado, como si Ana fuera a arrancarle la cabeza de un mordisco en cualquier momento. Y claro, las risas de Cristina de fondo, cambiándose de sitio continuamente para ver mejor, no ayudaban a que se crease ambiente.

Pero la verdad es que ha sido un ensayo muy divertido. Mi vena de torturador ha fomentado que haya hecho repetir la escena a Ana y a Pedro muchas, muchas veces... a pesar de que ha salido aceptablemente bien, necesitaba más pasíón. Está bien, seré sincero... les he hecho repetir tantas veces porque Cris y yo nos moríamos de la risa cada vez Ana se montaba encima de Pedro y comenzaba a soltar risitas nerviosas hasta que explotaba en una sonora carcajada... ha sido muy divertido... para todos, lo juro.

Aunque más divertido ha sido escuchar a Ana repetir la palabra "brazo" varios ciento de veces. Y esto sí que no ha sido una tortura arbitraria, es que cada vez que iba a decir brazo, decía "brasso"... no sé, sonaba raro. Pero ha logrado corregirlo. (Seguramente después de leer esto me corte las manos para evitar que pueda escribir más... pero ella sabe que la quiero).

Cuento todo esto por no hablar de los gritos de Pedro que, con total sinceridad, nos ha ofrecido uno de los ensayos más brillates en las escenas dramáticas. Absolutamente genial, de verdad...

Pero esa es otra historia...

domingo, 9 de noviembre de 2008

Cosas que nunca hay que hacerle a un actor antes de que se suba a un escenario

No sé si los actores de la compañía son especialmente supersticios. Pero yo sí lo soy. Por eso, voy a dar unas sencillas pautas de actuación antes de cada ensayo o del estreno de una obra de teatro.

1-Nunca se va a un ensayo, se va entre bastidores o a un escenario con algo amarillo. (Si veo a alguien con algo amarillo procuraré apagar las luces de la zona donde esté para no verle).

2-Nunca se regalan flores antes de un estreno, siempre después.

3-Nunca se regalan margaritas.

4-Como es lógico, a quien se le ocurra regalar a alguno de los actores margaritas amarillas antes del estreno, lo envío con las flores al camposanto.

5-Nunca se dice "qué bien va el ensayo" o "qué bien está saliendo la obra" antes de que se acabe. Esa frase implica que, irremediablemente, todo va a comenzar a ir mal.

6-Como es lógico, las escaleras de mano han de estar siempre plegadas.

7-Nunca, nunca, nunca, nunca se le desea suerte a un actor... ¡¡Jamás!! La palabra suerte está vetada en un escenario si va dirigida a uno de los actores. A los actores se les desea mucha mierda, que se rompan una pierna o que la obra sea un absoluto fracaso. ¡¡PERO NUNCA SUERTE!! (A no ser que quieras que la obra sea un fracaso...)

Si todo el mundo sigue estas pequeñas normas, todo irá bien... si no, tendremos que soltar a Laura Morrigan para que se cargue a alguien...

martes, 4 de noviembre de 2008

El ensayo de los trabados...

Ni hecho aposta. Parece que el libreto de El Delirio de Laura Morrigan lo haya escrito alguna clase de demente con ansia de torturar a los pobre actores que representan la obra. Está lleno de palabrejas retorcidas e incomprensibles, impronunciables para la mayoría de los mortales. Ni hecho a propósito, vamos.

Hoy en el ensayo ha caído todo el mundo, no ha habido una sola persona que no haya tenido dificultades a la hora de de leer alguna de sus frases, empezando por mí, pasando por Jorge y acabando por Ana, que ha soltado alguna que otra blasfemia que, por motivos de estilo, no reproduciré aquí... pero menuda sarta de tacos...

Por no hablar de las veces en la que la pronunciación de las frases ha sido algo así como una mezcla entre el gruñido de un animal enjaulado y el sonido de una bola de papel mojado cuando la tiramos contra el suelo... si no comprendéis lo que quiero decir, tratad de juntar los dos sonidos en vuestra mente... ¿a que lo habéis reproducido vosotros mismos alguna vez?

Para que esto no vuelva a suceder, he decidido proponer una serie de ejercicios que yo mismo practicaré... y supongo que seré el último que lo haga...

1-Di baloncestista
2-Di baloncestista con un lápiz en la boca.
3-Di baloncestista con un lápiz en la boca y saltando.
4-Di baloncestista con un lápiz en la boca, saltando y dibujando círculos en una hoja de papel.
5-Di baloncestista con un lápiz en la boca, saltando, dibujando círculos en una hoja de papel y chupándote un codo...
6-Deja de hacer tonterías y ponte a decir baloncestista hasta que no te trabes ni una vez. Cuando lo logres, puedes arrancar la página del diccionario donde sale esa palabra y quemarla.
#-Como nota personal diré que si has logrado hacer correctamente los pasos 4 y 5 deberías plantearte que eres un semidios o un mutante salido de algún laboratorio farmacéutico. Si es así, monta tu propia religión o vete a trabajar a un circo.

Durante el ensayo de hoy, se han sucedido dos anécdotas. El personaje de Cris, Calima, debía decir que la casa de Laura es dos veces más pequeña que la suya:

"Laura: ¿Qué pasa, es que no tienes casa?
Calima: Sabes que dos veces más grande que la tuya". (Diálogo original)

Cris ha decidido dar su toque y decir "sabes que dos veces más grandes que las tuyas"... lo ha dicho dos veces... ¿Dónde estaría la cabeza de Cris en ese momento? ¿En qué estaría pensando? ¿En dos melones de Villaconejos? ¿En dos calabazas de Halloween? ¿En la Ramona?... nunca lo sabremos...

La segunda anécdota la ha protagonizado una de las integrantes del equipo de producción, Carmen. Ha perdido su guante y nos ha movilizado a todos para encontrarlo. Gracias al cielo (a Dios, al Abismo o a la Nada, como queráis verlo) lo ha encontrado con todos sus dedos. Estaba debajo de la batería que hay en el escenario... ¿Es ese guante un artista en potencia, quizás?

Algo me dice que debo dejar de escribir ya... el nivel de chistes malos ha sido superado con creces por hoy...